¿En qué consiste el mercado de divisas (Forex o FX)?

Capítulo 1: ¿En qué consiste el mercado de divisas (Forex o FX)?

De todos los mercados financieros, el de divisas es el más grande. Mueve un volumen diario de transacciones por valor de unos 4 billones de dólares en todo el mundo. En muchos sentidos, es el más fácil de entender.

El nombre “Forex” o “FX” proviene del inglés “foreign exchange”. Puedes vender las divisas que tienes (por ejemplo, libras esterlinas) y comprar otras divisas (por ejemplo, dólares estadounidenses).

Y, del mismo modo que cuando adquieres divisas para irte de vacaciones al extranjero, el banco, la oficina de correos o la oficina de cambio de divisas del aeropuerto aplicarán dos precios: uno para venderte dólares estadounidenses y otro para comprártelos y pagarte en libras esterlinas.

Gran parte de la compraventa de divisas se realiza en estas tres monedas: el dólar estadounidense, el euro y el yen japonés (por ejemplo, vender dólares estadounidenses para comprar euros, vender euros para comprar yenes, etc.). Pero obviamente, el comercio de divisas puede llevarse a cabo entre dos de las tantas divisas utilizadas en todo el mundo.

Capítulo 2: Razones para operar en el mercado de divisas

Hay varias razones posibles. Para algunos, se trata de hacerse con dinero de verdad, puesto que hay gente que necesita una determinada moneda para comprar bienes o servicios. Entre estos pueden encontrarse bienes manufacturados o títulos, como acciones o bonos denominados en moneda extranjera.

En otros casos se trata de una oportunidad para invertir. Puedes optar por adquirir moneda extranjera para ganar más intereses por ese dinero que por la divisa que tienes.

Una tercera razón puede ser la especulación. Se trata de vender tu “moneda de base” y adquirir otra con la esperanza de que, cuando la vuelvas a vender, te hagas con más dinero del que tenías al inicio.

Capítulo 3: ¿Quién opera en el mercado de divisas?

Los mayores compradores y vendedores del mercado de divisas son bancos. Aunque puede que operen para su propio beneficio, normalmente realizan negocios para sus clientes (quienes quizás busquen acceder a dinero, invertir o especular). 

Cientos de bancos y brókers operan en el mercado de divisas, pero el mercado está dominado por los llamados “Big Fives”: Citigroup, Deutsche Bank, Barclays, JP Morgan y UBS. Juntos contabilizaron más de la mitad de la facturación del mercado mundial en 2015.

Capítulo 4: Argot financiero

El mercado de divisas (o Forex) es un mercado extrabursátil (OTC, por sus siglas en inglés). Esto significa que el intercambio no se realiza en una bolsa de valores, sino directamente entre contrapartes o a través de una plataforma compatible.

En las pantallas de los mercados y en los sitios web verás que las monedas se representan con códigos abreviados: por ejemplo, los dólares estadounidenses son USD, los euros son EUR y los yenes japoneses son JPY. En el listado de la ISO (Organización Internacional de Normalización) constan 268 monedas diferentes.

La mayor parte del trading de divisas se conoce como “mercado al contado”. Esto significa que los precios se cotizan, los negocios se cierran y los importes se abonan a la cuenta del banco correspondiente más o menos de inmediato. 

Por otro lado tenemos los contratos sobre tipos de cambio a plazo. En ellos, el banco o el bróker acuerdan hoy contigo un tipo de cambio por la moneda que deseas comprar o vender en una fecha futura acordada.

Capítulo 5: ¿Cómo operar en el mercado de divisas?

Normalmente, un banco o un bróker te pueden dar acceso a su plataforma de trading de divisas online. Luego tú puedes vincularla a tu cuenta bancaria y empezar a hacer trading. También existen muchas plataformas de compraventa de divisas extranjeras especializadas que están diseñadas para que los particulares operen.

Capítulo 6: Lo bueno y lo malo

Una gran ventaja del trading de divisas (si lo comparamos con las acciones, por ejemplo) es que siempre tendrás un activo. Es decir, si vendes USD y compras EUR, como mínimo te quedas con los euros. 

Además, mientras conservas la moneda que has comprado, puedes recibir intereses por ese dinero del banco en el que lo guardas. Y si tu situación te lo permite, también puedes sacar beneficio vendiendo los euros de nuevo a cambio de dólares.

La mala noticia es que, si los tipos de cambio juegan en tu contra, puedes perder dinero al volver a cambiar a tu moneda de base. También es posible que no obtengas intereses por la moneda que tienes si los tipos de interés tocan fondo.