¿Qué es la correlación?

Una correlación es una expresión de lo relacionadas que están dos variables entre sí. Por ejemplo, puede que haya una enorme correlación entre el calor y la cantidad de helados que se venden. Si ambas variables se mueven en la misma dirección, hablamos de una correlación positiva. Si se mueven en direcciones opuestas, estamos ante una correlación negativa. Si la diferencia es cero, entonces no existe relación entre ellas.

¿Dónde has oído hablar de las correlaciones?

Las correlaciones entre variables son escudriñadas por muchos analistas y gestores de carteras, ya que entenderlas forma parte de la gestión de riesgos También se utilizan bastante en psicología para identificar patrones de conducta.

Lo que debes saber sobre las correlaciones...

Ser capaz de identificar una correlación puede ayudarnos a ponderar y reducir el riesgo.

En resumidas cuentas, entender las correlaciones te da perspectiva para construir una cartera en la que, si ocurre algo que afecte a la economía, el valor de tus inversiones no se vea afectado de la misma forma ni al mismo tiempo. Si, por ejemplo, algo afecta negativamente a la confianza de los inversores en las acciones, es probable que el valor de las acciones de empresas grandes y pequeñas baje, pero no en la misma proporción, ya que quizá los inversores crean que las empresas grandes están más preparadas para afrontar una recesión. Por lo tanto, la variación del valor mostrará una elevada correlación, aunque esta no será perfecta. Y puede que este sentimiento sobre las acciones no afecte a las materias primas en absoluto, porque la gente tiene que seguir comiendo, por ejemplo, por lo que es posible que el precio del trigo no se vea afectado por lo ocurrido con las acciones.

Puede existir una correlación con algunas acciones. Si el petróleo sube, es probable que las petroleras también suban y que bajen las empresas de transporte, porque el gasto adicional en combustible reducirá sus beneficios. Algunos inversores utilizan las correlaciones para anticiparse a los movimientos de precios futuros en el mercado.

Debes recordar además que correlación no es sinónimo de causa. El hecho de que dos cosas reaccionen de forma idéntica o parecida a determinadas circunstancias no quiere decir que una provoque la otra. Por ejemplo, en el siglo XX se dio una alta correlación entre el número de radios que se compraba y la cantidad de personas internadas en manicomios, pero la verdad es que no es probable que por comprar una radio vayas a acabar en el manicomio ni que por estar en el manicomio vayas a comprar una radio. Son cosas independientes.