Un contrato de futuros (o simplemente "futuros") y un CFD son productos derivados. Cuando compras un CFD, estás comprando un número determinado de contratos en un mercado si esperas que ese mercado se aprecie y vendiendo un número determinado si esperas que el mercado caiga. El cambio en el valor de la posición que tomas se refleja en los movimientos del mercado subyacente. Con el trading de CFDs, puedes cerrar su posición en cualquier momento cuando el mercado está abierto.
Los futuros, por otro lado, son contratos que significan que estás de acuerdo (tienes la obligación) en comprar en una fecha futura un instrumento financiero a un precio predeterminado. A diferencia del trading con CFDs, tienes una fecha y un precio fijo para esta transacción, lo que significa que cerrar la posición podría ser costoso. El valor de un contrato de futuros depende tanto de los movimientos actuales del mercado subyacente como del sentimiento del mercado sobre el precio futuro de un activo.
Si eres nuevo en el trading con apalancamiento o estás descubriendo los mercados por primera vez, probablemente te habrás preguntado ¿qué son los CFDs? Puedes aprender aquí todo lo que necesitas saber.
Un contrato por diferencia (CFD) es un tipo de instrumento derivado que te permite operar con margen, lo que te proporciona una mayor exposición a los mercados financieros. Los CFDs son un tipo de derivados, lo que significa que no compras el activo subyacente en sí. En su lugar, compras o vendes unidades para un instrumento financiero dado, dependiendo de si crees que el precio subyacente subirá o bajará. Un CFD es un contrato entre un broker y un trader que acuerda intercambiar la diferencia de precios de un valor subyacente.
Cuando estás operando con CFDs, mantienes una posición apalancada, lo que significa que obtienes una mayor exposición en el mercado con tu capital inicial. En otras palabras, sólo pones un depósito del valor de tu operación (margen) y pides prestado el resto de tu bróker.
Las operaciones apalancadas también se conocen como operaciones con margen. Esto se debe a que los fondos requeridos para abrir y mantener una posición - conocido como el margen - son sólo una facción del tamaño total de la operación.
Hay dos tipos de margen con los que debes estar familiarizado cuando operes con CFDs. Existe el margen de depósito, que es la cantidad requerida para abrir una posición, y el margen de mantenimiento, que puede ser requerido si tu operación comienza a tener pérdidas que no están cubiertas por el margen de depósito o los fondos adicionales mantenidos en tu cuenta.
Operar con CFDs te permite beneficiarte de un mercado al alza o a la baja. Puedes obtener resultados positivos con un activo que se aprecia o se deprecia porque el contrato ofrece tanto opciones de compra como de venta.
Esto significa que puedes utilizar CFDs para invertir en un activo abriendo una posición larga (comprar); esto se conoce como comprar o "ir en largo". Por el contrario, puedes abrir una posición corta (de venta) si crees que el precio disminuirá, lo cual es esencialmente una "apuesta" en contra del mercado. Esto también se conoce como vender o "ir en corto".
La cobertura en el trading es una estrategia crucial de gestión de riesgos. Una cobertura es una posición de inversión que se abre para compensar las potenciales pérdidas de otra inversión. Piensa en la cobertura como un seguro en una inversión: si un inversor está cubierto, en caso de una inversión repentina del precio, entonces las ramificaciones se atenúan. En pocas palabras, una cobertura es una técnica de gestión de riesgos utilizada para reducir cualquier pérdida sustancial. Te cubres para proteger tus ganancias, especialmente en tiempos de incertidumbre.
Los CFDs proporcionan una excelente oportunidad de seguro para cubrir tu portfolio debido al hecho de que puedes vender en corto especulando con una tendencia a la baja del precio.
Digamos, por ejemplo, que tienes un portfolio de acciones. Quieres mantenerlas a largo plazo, pero sientes que el mercado está a punto de presenciar una caída a corto plazo, y te preocupa cómo esto afectará al valor de tu cartera. Con el trading apalancado, puedes vender en corto este mercado para protegerte de esta posibilidad. Entonces, si el mercado cae, lo que pierdes en tu portfolio puede ser compensado por la ganancia de tu cobertura usando CFDs. Si el mercado sube, entonces perderás en tu cobertura pero ganarás en tu portfolio.
Cuando operas con CFDs, podrás abrir posiciones en una gran variedad de activos, incluyendo acciones, índices, divisas, materias primas y criptomonedas, todo ello en una única plataforma.
Un trader puede entrar en el mercado de valores sin tener que tratar directamente con la compra de acciones, lo que proporciona mayor liquidez y facilita la ejecución. Esto tiene la ventaja añadida de poder beneficiarse en un mercado en caída mediante la venta en corto.
Operar con CFDs es una de las pocas formas de acceder al mercado de índices. Los CFDs de índices reflejan la composición de un índice determinado. El mercado de divisas es adecuado para operar con CFDs y apalancamientos debido a los movimientos de precios relativamente pequeños que se producen en estos mercados.
Recuerda emplear técnicas de gestión de riesgos cuando operas en todo momento y seas aún más cauteloso con los activos que tienen un historial de ser altamente volátiles, como las criptos.
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